Uno despierta sin sentido ni dirección ni rumbo.
Uno respira sin contener nada ni dejar más que aire sucio.
Uno se alimenta y bebe y todo es efímero.
Uno recoge pedazos de sí mismo a diario y busca donde colocar las piezas.
Uno busca hacia dónde dirigir la mirada y por lo tanto los pies.
Uno tiene hambre y sed y llanto y deseo y furia y pasiones.
Uno planea y urde ocasiones para el crimen.
Uno se regodea en el acto mismo del placer.
Uno se revuelca entre espinas y demuestra que vive.
Uno acaba por diluirse entre la muchedumbre.
Uno se resigna a ser un engrane pequeño de una maquinaria.
Uno se avecina, pronto y sin certidumbre aun.
Uno está enfermo, solo, inútil y podrido.
Uno se encuentra a sí mismo por la noche, se horroriza y grita.
Uno se manifiesta en papel tinta pintura letras y escena y desaparece.
Uno escupe fuego para ser despreciado y seguir su rumbo a solas.
Uno se retuerce de rabia y se bebe su furia y se ahoga de veneno.
Uno es arrollado por la estampida de los exitosos y es avasallado por el éxito.
Uno desperdicia su talento y en el onanismo se lleva a la tumba su obra.
Uno cree que se acostumbra al dolor ya hasta le encuentra gusto.
Uno se parte el corazón y lo ofrece a los miserables que no aprecian su generosidad.
Uno va escondiéndose de los amores y entre matorrales lo espía.
Uno vaga por las calles encontrando su reflejo sigue perdido.
Uno desmantela sus emociones y adjudica al amor su amargura.
Uno prefiere estar solo rodeado de desconocidos que solo rodeado de hipócritas.
Uno se cree acostumbrado al martirio y no comprende la alegría ajena.
Uno pone en entredicho las palabras de los que dicen tener la razón.
Uno le advierte al mundo de su próxima grandeza imaginaria.
Uno se cuelga sambenitos de hazañas y epopeyas ficticias muy pronto se sabrá la verdad.
Uno cabalga por praderas y por el campo llano y se cree imperdible.
Uno ejerce el desprecio y la apatía por lo que se solía atraer.
Uno se recuesta para ver al mundo caer y esbozar una sonrisa.
Uno se burla del caminar de la gente y satiriza sus conductas
Uno vive hasta morir y muere viviendo y sueña amando y despierta llorando.
Uno no se deja caer y sigue siendo azotado hasta escupir sangre.
Uno se ha vuelto irónico ante el dolor y se bebe sus lágrimas cuando tiene sed.
Uno se calla la boca cuando hablan las heridas y escurren por el camino.
Uno está cansado y camina por caminar y habla por seguirse escuchando.
Uno acaba por volverse loco y falta mucho por recorrer y se vuelve cínico.
Uno no sabe terminar y sigue escribiendo hasta dejar de ser coherente.
Uno será leído y tal vez olvidado y nada cambiara.
Uno vera la noche boca arriba y no sucederá nada… nada.