De verdad tengo ganas de escuchar a mi corazón cantar,
abrir los brazos y hacer remolinos de viento,
despegar los pies y ver todo desde arriba,
soplar y dejar caer mi palabras hacia abajo.
Me veo cada vez mas alto y me imagino que puedo volar,
suplo a las nubes y al llamado todopoderoso
en el quehacer de gobernar los cielos y dominar al mundo,
me puedo reír de mi mismo desde las alturas y de todo y de todos.
Me asumo omnipotente y te tomo de los cabellos y te arrastro por las calles,
cobro venganza y me corrompo hasta el limite de mi infamia.
Despierto en el vagón del metro y mi venganza no se consumó.
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